viernes, 2 de mayo de 2008

Ceniza

Nadie sabrá que mis pies estuvieron cerca de la ceniza caliente de un infierno ciego, mientras la sabiduría de la sobrevivencia de las hormigas encendía un círculo sobre el mar de la tinta guardada.

Se cuentan los ríos sin saber de los litros, sospechando que todo llega al mar sin pensar en lo que se evapora y regresa al cielo para volver a caer. Gravedades poco extraordinarias en estos días. Novedades en este momento de polvo quieto sobre la vereda.

Van pasando por la Plaza de Armas mis pies, ahora que he salido del infierno. No quiero ver mi infancia rodando por las escaleras, ni aspirar la fragancia nocturna de la refrigeradora. Llega la fragancia nocturna del mar y algo empieza a componerse.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

He leído cada día tus escritos
y cada vez que los siento haces que me reanime.

Sigue así Aaron.

Besos Shannon

Dinora dijo...

Cenizas de detalles excedentes en los que pocos pensamos...

Saludos meditabundos.. ;)