lunes, 14 de abril de 2008

Pelícanos y palomas

Un raro día tuve toda la suerte
tan entera que no entraba toda en mí
pero sólo fue como la arena que cae del zapato
cuando se seca luego de correr por la playa
por una noche de otoño tibio.


La suerte brillaba más que una mujer en la cama
más que los ojos del felino que come tras días
pero aprender está en los libros y el suelo y en las costras
espero que un paracetamol, un jugo de mango
y mirar a un gato amarillo
curen el dolor de cabeza y de corazón.

Los pelícanos del Callao y las palomas de Lima
también esperan la suerte para comer algún buen desecho
y no tienen dientes por masticar piedras secas
mientras espero que un café entibie mi corazón
manzanillas para calmarlo.

El pellejo de la cara espera la niebla
en el parque donde orinan los perros y se pegan
en el día o en la noche o en la pista
y la niebla que bien reza.


7 comentarios:

MAR dijo...

Me gusta tu poema y tambiën tu gato:
Besos para ti desde mi mar:
mar

zeta dijo...

Un caso...Oye, te escribo luego, chao...

Sandra Rubio dijo...

Espero que sea un ¡que fuerte positivo! ese que soltó usted en el cuartito de pensar. Le habla la gata que lo habita. Lindo sus gatos y sus palabras, poesía pura.
Encantada de conocerle.

Dinora dijo...

"paracetamol, un jugo de mango
y mirar a un gato amarillo
curen el dolor de cabeza y de corazón."

Me falta el gato amarillo, ¿puedo usar el de tu foto? ;)

Saludos!!

Nochestrellada dijo...

Como dice una cansión...
"solo se trata de vivir...esa es la historia..."

hermoso colorado!

un beso

cuentistera dijo...

te veo muy drama queen mi aaroncito!!!

Rolando Escaró dijo...

son muchas cosas en tus líneas pero no puedo evitar quedarme con la imagen del gato amarillo...