Como ángel herido
A Aldo Alfaro
Como un ángel herido
orinando por los postes
para saber del regreso
hemos arrastrado la existencia
paralelos de las mismas calles luxadas.
Para qué seguir corriendo
en la misma pista comiendo
si fuiste quien más rápido corría sin copiloto.
Ahora apago la luz y me retiro.
Las filudas veredas de Lima
cortaron el bigote de los dioses
que soberbios exigen cuotas de salud
milagros del rímel y las jarras.
Ahora pienso en la luz apagada.
Oxígeno, dinero, palabras
más bocanadas de tabaco y más
enrollamos en la ciudad
donde como limón exprimimos los demonios
tan ocultos de la soledad y la melancolía
con la música en la mochila
por los puentes de infiernillos
tras cortinas tan privadas.
Ahora suenan guitarras
y pienso comer un ceviche
o media docena de wantanes
porque hay sabores distintos
en todo.